Don Tiburcio Benegas, bisabuelo de Federico Benegas Lynch, llega a fines del 1800 a Mendoza, desde Rosario, donde la familia tenía una estancia. Mendoza en ese momento se sustentaba económicamente principalmente de los Alfalfares de Verano y del Trigo que se producía en los oasis bajo riego. Con la llegada del tren y el desarrollo de los campos cercanos a Buenos Aires, ambos fuentes económicas entran en crisis.
Don Tiburcio Benegas, casado con la hija de Eusebio Blanco, tienen la visión de un Mendoza sostenido en la industria vitivinícola. Eusebio Blanco, quién trajera a Pouget a Mendoza, le inculca la semilla del amor por la vitivinicultura.
Don Tiburcio viaja entonces a Chile a buscar estacas y a Francia para traer de los mejores Chateau de esa época, variedades desconocidas hasta entonces, Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon, Syrah, Petit Verdot y Chardonnay. Posteriormente los franceses vendrían a Mendoza a buscar estas mismas variedades no afectadas por la Filoxera, peste que azotó y destruyó los viñedos europeos.
Lee masMostrar menos